«Libertad no entiende. Libertad no escucha. Libertad no me adora.»

largeHay quien se enamora de Libertad
porque quiere una oportunidad de domarla.

Y así, años van y vienen,
y con ellos, los que pretenden, traen cuerdas que puedan apretar.
Día a día, pidiendo más que más.

Pero su corazón,
aun empujado y des-comprendido,
es el corazón de Libertad. Se pertenece. No se domestica.
Cualquier intento de atraparla por la fuerza fue en vano. 
En un violento segundo, se ve obligada a retirarse de un rincón de amor
cómodo y cálido,
por verlo convertirse en la trampa que esconde una jaula. 

Y Libertad se desata de tu amor mientras tú aprietas los nudillos,
sigue explorando mientras tus palabras intentan castigarla por insaciable, 
enamorada de todo mientras tú temes,
sin dejarse atrapar por los sueños de los faraones.

«Porque cuando Libertad te quiere cerca,
te pone las cuerdas en la mano y te pide sincera y sinuosa,
que te adueñes de su esencia.»
Un pacto por resonar sus armonías
y la Libertad de tomarse su tiempo. 

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